Acertijos

DE VIAJE A VERACRUZ

Columna Acertijos de Gilberto Haz

El Camino es como la vida, te enseña muchas cosas. Camelot.

Miércoles de media semana, planeado viaje a Veracruz de pisa y corre, ver y comer con la familia y unos amigos y pa’ atrás, diría el cuenqueño. Cosa increíble la autopista está de primera, una hora y 45 tiempo normal, el que hacíamos antes de que nos llegaran los infortunios con la caseta de paga de Fortín. Se les reconoce que van mejor. Era día nublado, mucha bruma y poco sol, de hecho ni salió, tomamos camino, cruzamos Cuitláhuac y Paso del Toro y nada del otro mundo, en menos que canta un gallo ya estábamos tomando un café en don Justo de Plaza Américas. De allí partimos unos con doña Amada a los mariscos, atendidos por el buen mesero, Gustavo Canales, unos cocteles y la novedad de que había manitas de cangrejo, especie cara porque está en peligro de extinción. Allí cuatro cuenqueños nos acordamos de los tiempos del pueblo y rememoramos lo que pudimos.

EL OTRO GRUPO

El otro gupo de damas partió a otro picudo restaurante en avenida Ruiz Cortines, al alcanzarlas allí encontré a varios amigos, el médico y exsecretario de Salud, Jon Rementería. Hacia años no le veía, creo que desde que fue delegado del IMSS en Orizaba, saludé al banquero Antonio Santos, y sorprendentemente encontré a un paisano, Jorge Delgado Lecourtois, que su padre había sido el dueño del cine Margo, uno de los mejores cines de la época terrablanquense, y rememoramos un poco de esa historia. Cuando el pueblo tuvo cuatro cines y se quedó sin ninguno. Ahora al parecer ya tienen salas nuevas. Resultó orizabeño y conocedor de muchos paisanos terrablanquenses, entre ellos don Paulino Haaz, ferrocarrilero de grandes recuerdos, le echó muchas porras al alcalde JM10 y con su hermana le envió muchos saludos, con el estaban dos apreciados amigos, Luis Olamendi y el notario Jaime Baca Olamendi.

Al partir de ese lugar muy concurrido, busqué los tamales de elote, porque doña Amada no tenía y me vine sin ninguno. Me faltó en mi tour saludar a doña Guadalupe, en el Kuinito de Costa Azul 114, Costa Verde, pero la próxima semana que tengo gira programada seguro voy por unos chamorros de primera.

Mi coco sigue siendo la autopista. Es mi karma malo, cuando todo pinta bien, viene un imprevisto, es el síndrome mío que se llama Ley de Murphy: “La Ley de Murphy, en su enunciado más común, establece que “todo lo que pueda salir mal, saldrá mal”. Es un principio que describe la tendencia de los eventos negativos a ocurrir en el peor momento posible y de forma inesperada”.

Así me ocurre seguido, si me formo en una caja de súper o cualquier tienda, o se atora la máquina o hay cambio de turno, la emplead me ve con compasión y le digo no te preocupes, es mi ley de Murphy, vivo con ella. Si voy a un cajero a retirar y se atora, ya solo respiro profundo y me cambio de caja. Vivo con ella, por eso al regreso cuando a las 9 y pico de la noche en el kilómetro 15 de la autopista de Córdoba a Orizaba, a la altura de Cuitláhuac se dieron un llegue dos camiones, no me preocupé de la tardanza, hay que recordar que no ha parado de llover y las carreteras nuestras son muy peligrosas, conservemos la velocidad marcada. No pasó a mayores, perdí media hora y cuando vi la iglesia de Santa Gertrudis me persigné, porque Dios bendijo el camino por dónde pasamos.

Y colorín colorado.

Denuncian abusos y carencias en Hospital Regional “Yanga”

Anterior

Exhorta Fomento Agropecuario a no dañar a las abejas y reportar colmenas

Siguiente

Te puede interesar

Más en Acertijos