Situado entre el mar y la montaña de la isla griega de Creta, el palacio de Malia es una imponente construcción de la era minoica (3100-1050 antes de Cristo).
Como todos los palacios minoicos, Malia contaba con zonas para recibir al público, una parte residencial y un área de almacenamiento de materias primas. En esta última se encuentran los jarrones gigantes donde se guardaba el aceite y el grano necesarios a la alimentación de la población que circundaba el palacio.
Los muros del edificio están hechos de adobe y los cimientos y las grandes plazas de piedra tallada. El sitio se implanta sobre una tierra ocre claro, casi anaranjada que es característica de esta zona.