*De León Felipe: “Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero, ligero, siempre ligero”. Camelot
Entre la bruma y neblina de ese frio jalapeño, muy común en esa zona, los y las legisladoras rindieron un homenaje a su colega caído, el diputado Juan Carlos Molina Palacios, cuya muerte pegó de lleno en el rostro de los veracruzanos y golpeó fuertemente al gobierno y a su equipo de seguridad. No porque haya sido legislador, que lo era y de los buenos, sino porque ocurren sucesos malos. Allí estaban todos sus colegas, aquellos con los que dio luchas y batallas legislativas, aquellos que habían sido compañeros de partido y un buen día se alejó del mismo, mas no de ellos, a quienes consideraba buenos amigos legisladores. Las campanas tañían a duelo, a dolor, a rabia. En su curul vacía, se depositaron unas flores y su sombrero clásico que portaba a todas horas.
EL RESPONSO
Juan Carlos fue una gente buena, atestiguaban la escena su esposa y sus hijos. El salón lucía lleno, había silencio sepulcral y caras tristes, compungidas, a algunas legisladoras se les escurrió una lágrima. Era el amigo que se iba, y de esa manera dolorosa. Unas cenecistas, su agrupación, portaron un poster grande donde se le ve montando a caballo, como gente de rancho, del campo, era un hombre cabal, dicen sus amigos cercanos. “Nunca te olvidaremos”, rezaba ese poster. Los legisladores pidieron justicia. El crimen de Juan Carlos lastimó a todos y fue un agravio a los veracruzanos. Otro dijo que dejen de echar la culpa al pasado y detengan a los asesinos. Y los más, que no se criminalice al fallecido. Porque a los pocos días comenzaron a circular en las redes sociales, cosas que no eran ciertas. Ya saben, ensucien a la víctima, que nada cuesta. Si no pueden, renuncien, decía otro entre murmullos. Las lágrimas brotaban. Todos en negro, Mary José Gamboa, que pese a ser de otro partido, sentía la pena de esa muerte. La libertad y la independencia en su apogeo, un grupo de panistas aprovecharon y, como Juan Carlos en un tiempo, que se declaró independiente, se salieron de la burbuja del PAN, aunque no dejaron el partido y se convierten en un nuevo grupo legislativo mixto de ese partido, cuya coordinadora será la diputada Mary José, para enojo muy seguro del nuevo presidente, el tal Chapito Guzmán. Ahí brotó la política, porque ese es templo de política.
QUE ME ENTIERREN EN LA TIERRA
Hacia unos días, el Compayito había sido sepultado en Tlacotalpan, su zona, su tierra, ahí tenía una casa y hace años, en tiempos de los festejos de la Candelaria, ahí convivimos una rica comida para ver el paseo del rio Papaloapan, allí fue sepultado, como la canción: “Que me entierren en la tierra, al pie de los magueyales, y que me cubra esa tierra, que es cuna de hombres cabales”. Se escuchaban en silencio las palas cuando recogen la tierra, los trabajadores entre las lágrimas de la familia, echaban las paletadas de tierra al presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), un hombre exitoso en la engorda de ganado fino, que ganó varios premios internacionales y que el mismo Peña Nieto se los entregó en Veracruz. Para orgullo de los ganaderos veracruzanos. El poeta León Felipe lo señaló: “Para enterrar a los muertos, como debemos, cualquiera sirve, cualquiera… menos un sepulturero”. Descansa en paz, Compayito.
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